Chile.- A partir de 2018 no se podrá fumar en ninguna sede de ese plantel. Medida tiene el apoyo del 73% de la comunidad universitaria.
El consumo de tabaco en Chile parte en la adolescencia y se consolida en la etapa universitaria. Según la Séptima Encuesta Nacional de la Juventud de 2012, el 49,1% de los jóvenes entre los 15 y 29 años fuma.
Estudios en universitarios muestran que en esos años es cuando más captación de fumadores se produce, con altas tasas de consumo.
Y es justamente en ese grupo donde se debe intervenir. Por eso, la U. Católica inició en 2014 un plan para que sus campus sean espacios libres de humo. “Para 2018, toda la universidad será un espacio libre de humo”, anuncia María Soledad Zuzulich, directora de Salud Estudiantil UC.
El programa se inspiró en experiencias de universidades extranjeras prestigiosas, destaca Ignacio Sánchez, rector de la U. Católica. “Cuando uno visita las mejores universidades del mundo, no hay ninguna en la que se pueda fumar. Esto tiene que ver no solamente con calidad de vida, sino también con calidad de universidad”.
Se trata de un plan que se ha ido instaurando gradualmente. El primer espacio inaugurado fue Deportes, en el Campus San Joaquín, en 2015.
“Esto ayuda a que las personas que son prevalentes fumen menos y protege a las que se exponen a humo de segunda mano. Todos los estudios indican que respirar el humo de tabaco incluso es más tóxico que el tabaco en sí”, explica Zuzulich.
Comunidad
La medida fue consensuada con toda la comunidad (alumnos, académicos y funcionarios) a través de un sondeo aplicado en 2015, donde el 73% aprobó el llamado plan Campus Libre de Humo. Por lo mismo, en caso de incumplimiento no hay sanciones reguladas, pues se estima que todos respetarán la norma.
Para la dictación de este reglamento, Zuzulich señala que “primero se habló con las autoridades, para saber si ellos, a pesar de que es mandato del rector, quieren trabajar en esto. El decano instruye a una persona que ve los detalles de la implementación. Se manda una encuesta a todas las personas que trabajan o estudian y, si están de acuerdo, teniendo la mayoría, se empieza a difundir”, dice. Paralelamente, se ofrecen programas y talleres de ayuda para quienes quieren saber más del tema y los que desean dejar el hábito.
También en la U. de Chile
En la U. de Chile también van por este camino. La Facultad de Odontología fue la primera totalmente “libre de humo” de la universidad.
Jorge Gamonal, decano de esta facultad, detalla que fue un proceso gradual. Primero se suspendió la venta de cigarros en la cafetería, en 2010. Luego, en 2013, se establecieron algunas zonas libres de humo, y en 2015 se hizo una votación en toda la comunidad, donde ganó la opción de una facultad sin humo de tabaco. La medida no ha sido conflictiva. Tampoco existe una sanción a quienes fumen, “el repudio es moral”, dice Gamonal.
“Yo les comento a otros decanos de la medida, pero tienen miedo a perder en la consulta. Pero eso es imposible. Es un orgullo que lo tengamos resuelto con amplia participación. Es mejor que todos participen en la toma de decisiones, así se apropian de esa decisión”, resalta Gamonal.
Que una comunidad tome una decisión en base al resguardo de la salud pública es positivo, “y cobra mayor relevancia cuando es producto de un proceso deliberativo”, destaca Eduardo Vergara, jefe de la División de Seguridad Pública de la Subsecretaría del Interior.
Toda política regulatoria como esta, dice Vergara, debe tener como objetivo entregar alternativas, pero por sobre todo información basada en la evidencia. “Para que al final del día cada persona logre decidir qué tipo de relación quiere tener con la droga y en caso de necesitar ayuda, sepa que la necesita y dónde puede conseguir apoyo. Con solo prohibir no se acabará el problema”.
Fuente: Sirse