Fortalecimiento de prácticas verdes en cadenas de valor disminuye impacto ambiental y aumenta competitividad

BID negocios ALAdidas, uno de los dos principales fabricantes de ropa deportiva del mundo, terminó recientemente su relación comercial con 13 de sus proveedores asiáticos como consecuencia de su incumplimiento grave o reiterado de estándares de trabajo, salud, y normas de seguridad en el lugar de trabajo de sus fábricas, señala un artículo escrito por David Bloomgarden y Michael Hofmann y difundido en el portal de Negocios Sostenibles  http://blogs.iadb.org/sectorprivado/2015/09/22/practicas-verdes-en-cadenas-de-valor/.

Según dicen, éste es un ejemplo de que las grandes corporaciones multinacionales están trabajando duro para demostrar a sus cada vez más exigentes grupos de interés que ellos operan de forma sostenible. Como resultado de ello, las estrategias de sostenibilidad de las empresas son cada vez más directamente relevante para sus operaciones, y están resultando en rendimientos financieros positivos. Un análisis de S&P 500 ha confirmado que las empresas que han convertido la sostenibilidad en una de sus estrategias centrales han logrado una rentabilidad financiera que es significativamente mayor —de entre 18% y 67%— que la de sus pares que se han quedado rezagados.

Entonces, ¿en qué aspectos deben centrarse las empresas multinacionales para responder a las crecientes presiones de sus partes interesadas y mejorar su sostenibilidad operativa? Un área importante es la gestión de los recursos naturales y los impactos ambientales, tanto en las operaciones propias de las empresas y como también en sus “cadenas de valor” —la serie completa de actividades corporativas que crean y construyen valor en cada paso. Las pequeñas y medianas empresas, que constituyen una parte significativa de estas cadenas de valor, son una importante fuente tanto de consumo de recursos naturales (insumos en los procesos de producción, tales como el uso del agua), así como también de impactos ambientales (derivados de los procesos de producción, tales como las emisiones de gases de efecto invernadero).

Gestión de los recursos naturales e impactos ambientales en las cadenas de valor

Un estudio programado para su publicación este otoño —del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) y la consultora estratégica de capital natural, Trucost— identificó los sectores económicos en América Latina y el Caribe cuyos inputs (uso de los recursos naturales) outputs (impactos sobre el medio ambiente) de los procesos de producción son los más significativos. Las conclusiones del estudio son las siguientes:

– El sector de productos alimenticios es, por lejos, el más importante, tanto en términos de ingresos – (que alcanzan los US$101 mil millones), así como por las acciones de impacto ambiental total de la cadena de valor (un notable 97%).

– Los ingresos de los otros sectores regionales relevantes que se estudiaron oscilan entre los US$8 mil millones para productos personales y los US$59 mil millones para el retail.

– Las acciones de la cadena de valor de impacto ambiental —en comparación con las de la corporación— varían desde poco más del 50% (para el sector de productos químicos dentro de los productos básicos), a más de 90%. Por ejemplo, en el caso del sector de las bebidas sin alcohol, las cadenas de valor son responsables de 94% del impacto ambiental, y las corporaciones son responsables de solo el 6%.

El agua y la energía tienen el mayor potencial de mejora

Para los sectores estudiados, el consumo de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero fueron identificados como los inputs y outputs ambientales más significativos, respectivamente. ¿Qué puede hacerse para mejorar la gestión ambiental de las cadenas de valor? Por un lado, las empresas más pequeñas necesitan adoptar tecnologías que reduzcan tanto el consumo de agua como las emisiones de los combustibles fósiles. Estas empresas también tienen que capacitar a su personal en mejores prácticas para la gestión del agua y la energía. Hay varios tipos de herramientas que pueden ser útiles para las empresas multinacionales y sus cadenas de valor en este proceso:

– la plataforma “String” ayuda a las empresas a recopilar información acerca de su cadena de valor completa para cada producto.

Global Reporting Initiative (GRI) es la herramienta más utilizada en el mundo para la presentación de informes de sostenibilidad de una organización, tanto para las empresas grandes como para las pequeñas empresas.

– una vez que se entiende la cadena de valor y sus normas para la presentación de informes es acordada, las empresas pueden trabajar con sus proveedores de pequeñas empresas en la adopción de medidas correctivas. Por ejemplo, el sector de los productos alimenticios puede utilizar etiquetas de certificación sostenibles como la RSPO (Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible) o RSB (Mesa Redonda sobre Biomateriales Sostenibles).

Un tema aparte es cómo las empresas más pequeñas pueden ser motivadas para aplicar en la práctica estos cambios. El estudio identificó una serie de posibles incentivos, entre los que se incluyen:

– las empresas pueden utilizar programas de adquisición de bajo impacto ambiental, para procurar adquirir bienes y servicios que minimicen su impacto ambiental. Esto puede aplicarse a todas las etapas de la cadena de valor, desde la adquisición de materias primas, a la fabricación, distribución, o eliminación.

– las empresas pueden establecer un código de conducta para proveedores que pone como requisito a sus proveedores el cumplimiento de los más altos estándares de responsabilidad social y ambiental y conducta ética, abarcando temas que van desde las prácticas de trabajo seguras y justas, a las prácticas comerciales no corruptas.

– los gobiernos pueden implementar políticas de recompensa para las empresas que sean “verdes”.

Es muy alentador que varias empresas en América Latina y el Caribe estén implementando y promoviendo activamente algunas de estas herramientas y mecanismos. Por ejemplo, la compañía brasileña de productos para el cuidado personal, Natura, integra a sus proveedores en todas sus actividades de sostenibilidad, desde los mapeos de su huella hídrica, hasta la compra de materias primas a sus proveedores con certificación RSPO. Por otra parte, el gigante del retail, Wal-Mart Stores Inc., a través de su brazo operativo Walmex en México y América Central, ha establecido códigos de conducta para sus proveedores, ha ofrecido programas de capacitación para pequeñas empresas, y ha dado a conocer las emisiones de carbono procedentes tanto de sus propias operaciones como de las de sus proveedores.

Publicado originalmente en el blog Tendencias del Fondo Multilateral de Inversiones.

Sobre los Autores:

David Bloomgarden es el Jefe interino de la Unidad de Acceso a Servicios Básicos y Crecimiento Verde y líder del programa de Asociaciones Público-Privadas del FOMIN. Antes de unirse al FOMIN fue Director Adjunto de la Oficina de Bancos Multilaterales de Desarrollo en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Michael Hofmann es un experto en crecimiento verde en el Fondo Multilateral de Inversiones, que trabaja en la intersección de los sectores público y privado sobre las cuestiones del cambio climático e innovadores modelos comerciales de sostenibilidad corporativa , las cadenas de valor , los mecanismos de regulación y los instrumentos financieros.

Fuente: infoRSE tomó texto y foto de: http://blogs.iadb.org/sectorprivado/2015/09/22/practicas-verdes-en-cadenas-de-valor/

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