El Comité pro Santa Cruz y la Cooperativa de Telecomunicaciones Santa Cruz, Cotas, hicieron entrega de un donativo a la Aldea de Niños Padre Alfredo. Ambas instituciones cruceñas cumplieron su cometido de estrechar lazos de cooperación, a través de la entrega de ayuda para los niños y adolescentes de este hogar.
La contribución consiste en 80 colchones para los menores que viven en el lugar, además de balones de fútbol conferidos por Cotas.
A tiempo de hacer la entrega del donativo, el presidente del Comité Cívico, Roger Montenegro, expresó su agradecimiento a los voluntarios y directores de la Aldea Padre Alfredo por el trabajo que realizan en favor de los niños. “Es un aporte grandioso el que hacen en beneficio de la sociedad, por lo cual les agradezco sinceramente de corazón. Y gracias por haberme regalado una de las tardes más hermosas de mi vida, al compartir con niños tan alegres y tan bien educados”, indicó.
Aunque no pudo decir palabras debido a su estado de salud, el padre Alfredo Spiessberger participó del acto y compartió con los visitantes y todos ‘sus hijos’ de las aldeas infantiles ubicadas en el cuarto anillo de la avenida Virgen de Cotoca, quienes lo rodearon de todo el cariño.
Delia Paniagua, trabajadora social de la Aldea, dijo que en esta oportunidad el Comité pro Santa Cruz les entregó aquellos artículos que son más necesarios para cubrir algunas de las necesidades de los menores. Aseguró que lo que más se necesita en el hogar son alimentos no perecederos y artículos de higiene personal.
Cerca de 400 infantes viven en los hogares de acogida de la Aldea de Niños Padre Alfredo, necesitan de la solidaridad de la población cruceña para cubrir sus necesidades básicas. Si bien reciben aportes de la Gobernación y del Municipio, no son suficientes, por ello están en campaña para conseguir que padrinos e instituciones se identifiquen y sumen a esta causa. Asimismo, en la ocasión anunciaron su campaña para realizar la gran rifa benéfica de fin de año para ayudar a los niños y adolescentes que se albergan en esta casa solidaria.
Los recursos recaudados permitirán ayudar a niños sin hogar no solo dándoles un techo dónde vivir y alimentos, sino también aportando en la formación de hombres y mujeres útiles para nuestra comunidad, ofreciéndoles mejores oportunidades de vida, tanto así que actualmente existen profesionales salidos desde esta Aldea.
Los administradores de la Aldea, a tiempo de agradecer el donativo del Comité pro Santa Cruz y Cotas, comunicaron los proyectos que encara el hogar con el afán de educar y formar a los niños y jóvenes que no tienen familia.
Saúl Antelo, gerente de Cotas, manifestó el compromiso de la institución para seguir aportando a esta noble causa; en tanto el líder cívico Roger Montenegro señaló que con el concurso de todos, las instituciones y ciudadanía, apoyando con un granito de arena, se puede hacer realidad el sueño de todos estos niños y adolescentes de salir adelante y ser hombres de bien para la sociedad y el país.
Al respecto, Delia Paniagua sostuvo que la Aldea Santa Cruz está trabajando en primer lugar y con mucho énfasis en educación, tratando de estimular en los niños un deseo de formarse y superarse en la vida. La característica más importante de la Aldea es que ofrece capacitación técnica a los menores, además de apoyar para continuar estudios superiores en una universidad.
Explicó que en la Aldea Santa Cruz hay 62 niños, de todas las edades, desde meses hasta los 15 años. Mientras que en la residencia de jóvenes se les da oportunidad de capacitarse, además que en la guardería se realiza trabajo preventivo; en tanto en el Centro Madre María se trabaja con menores que han sufrido abuso intrafamiliar.
Sobre el hogar en San José de Chiquitos, donde acogen a 86 menores, se mantiene el mismo sistema que en la ciudad viviendo en casitas con mamás y familias sustitutas.
Una vez hecha la entrega de los donativos, los infantes compartieron una chocolatada y horneados típicos con los visitantes. Las autoridades cívicas y ejecutivos de la telefónica departieron en las mesas con los niños, escucharon sus inquietudes y se divirtieron junto a ellos.